quarta-feira, 8 de dezembro de 2021

Texto de apoyo III/ Historia de la Encuadernación

 


La palabra encuadernación proviene del latín quaternos con el prefijo quaterni ‘cuatro’. Cuadernillo es cada pliego que se dobla en forma de cruz o en cuatro, para ser incluido en un libro. Por lo tanto, la encuadernación es la unión de cuadernillos por uno de sus costados y unas tapas a modo de cubiertas.

Los tipos de encuadernación tienen por objeto procurar tres factores: conservación, fácil manejo y presentación artística y comercial. Antes del siglo XIX la encuadernación se hacía artesanalmente y era relativamente costosa, aunque muchos propietarios mandaban hacer a mano encuadernaciones refinadas o utilitarias. Con la industrialización los procesos se abarataron mucho y se desarrollaron nuevas técnicas para vender libros y publicaciones a un coste más bajo, con lo que se desarrollaron técnicas para encuadernar más sencillas, más rápidas y menos costosas. La idea era llegar a un mayor número de consumidores abaratando el producto.

En la comercialización de libros se distingue entre las encuadernaciones "en tapa" y "en rústica". La encuadernación en tapa también se llama encuadernación cartoné, mientras que a la encuadernación rústica también se le llama de tapa blanda. Ambos sistemas pueden consistir en distintos métodos en función de los materiales y la técnica empleada, pues se pueden utilizar encolados, cosidos o grapados o una combinación de estos sistemas. La encuadernación en rústica, en inglés conocida como paperback o softcover, es un tipo de encuadernación en la que el libro, cosido o pegado con cola, está forrado simplemente con una cubierta de papel o de cartón, generalmente fuerte pero a menudo flexible, y encolada al lomo. Si los pliegos forman cuadernillos y luego se cosen, se denomina encuadernación rústica cosida. Si no hay cuadernillos sino que las hojas van sueltas y se unen a las cubiertas directamente encoladas por su canto, se denomina rústica fresada.

El coste es menor en rústica fresada que en cosida. Si en vez de pegarse, tanto las hojas interiores como las tapas van simplemente grapadas, el coste es menor todavía. La encuadernación grapada es de varios tipos: la más sencilla consiste en una única grapa que fija las hojas del cuaderno y las tapas. Por esta misma razón, el papel en este tipo de libros suele ser de baja calidad, de pulpa de madera (pulp).

 

Texto de apoyo II/ El Idioma Español Rioplatense

 



El español rioplatense o castellano rioplatense es un dialecto del español hablado en Argentina y en Uruguay; también está dividido por países entre el español argentino y el español uruguayo. ​Su uso se extiende en la zona de la cuenca del Río de la Plata, por consiguiente en una extensa zona de Argentina y en la totalidad de Uruguay, y otras regiones aledañas. Centrada en las aglomeraciones urbanas siguientes: Buenos Aires y su área metropolitana, Montevideo, Rosario, La Plata, Mar del Plata, Santa Fe-Paraná y Bahía Blanca, cada ciudad con su correspondiente conurbano o área metropolitana. Estos son los focos poblacionales más importantes de la región, esta variante idiomática extiende su influencia cultural a zonas geográficamente distantes, sobre todo a través de los medios audiovisuales, en los que es el lecto estándar para Argentina y Uruguay. En las regiones que muestran lazos estrechos de comunicación con otros países —como las fronteras con el suroeste (occidente) de Bolivia, Paraguay o Brasil—, en que las influencias de otros idiomas, como el quichua, el guaraní, y el portugués —por ejemplo en el caso del norte de Urugua son notables, ha llegado a fusionarse con estos, creando distintas variantes. No obstante, en los sitios con una población relativamente estable desde antes de las oleadas migratorias de los siglos XIX y XX, es la forma más extendida del español en la región.

Yeísmo

Como el español en general, el español rioplatense es rico en alófonos. El más distintivo de los mismos, típico del grupo de dialectos del centro de Sudamérica, es, sin duda, el yeísmo; al igual que en la mayoría de las zonas del español peninsular y otros dialectos americanos, el español rioplatense perdió la distinción entre la antigua consonante lateral palatal aproximante representada por la grafía ‹ll› y la antigua consonante palatal aproximante representada por la grafía ‹y›.

Sin embargo, mientras en la península ibérica ambas se realizan normalmente como una semiconsonante [j] o su alófono [ʝ], en el Río de la Plata se desplazaron a una pronunciación postalveolar. Antiguamente, la pronunciación era predominantemente sonora (llamada "zheísmo"), [ʒ] o [dʒ], similar a la representada por la grafía j en francés y portugués; no obstante, desde el último cuarto del siglo XX se nota una marcada tendencia, arraigada en la población más joven, muy particularmente en Buenos Aires, Montevideo y Rosario, a preferir la sorda [ʃ] (llamada "sheísmo"), similar a la representada por la grafía ‹sh› en inglés.

Es importante aclarar que en áreas en que el rioplatense coexiste con otras variedades, tal como sucede en algunas partes del noreste de la Argentina, especialmente en la región guaranítica, la población diferencia entre la ll palatal lateral y la y. Esta misma distinción se da en zonas del noroeste argentino, como la provincia de Jujuy, en que se también se habla español andino.

Seseo

Como en la mayoría de las variedades del español fuera del centro y norte de la península ibérica, la rioplatense sesea, es decir, no desarrolló la consonante fricativa interdental sorda /θ/ que, en la mayor parte de España, es el valor de la grafía ‹c› o ‹z› y permite diferenciarla de /s/, escrita ‹s›. Esto provoca numerosos casos de homonimia que no existen en el español peninsular y ha inducido por lo tanto a modificaciones en el vocabulario.

La /s/, por su parte, aunque se considera nominalmente una consonante fricativa alveolar sorda [s] —de tipo dental, y no ápico-alveolar como en el norte de España— es extremadamente lábil en su segmentación, y tiende a asimilarse a los fonemas adyacentes. No es infrecuente que se aspire al final de la sílaba, sustituyéndose por una consonante fricativa glotal sorda [h] o aún una vocal sorda; así, ‹casco› se pronunciaría [kahko]. Alternativamente, al final de la palabra puede enlazarse con la vocal inicial de la palabra siguiente (Las Heras [la'seras]), una pronunciación considerada a veces más culta. La elisión total de la /s/ frente a vocal o final es más rara, y está limitada al habla más popular. La frecuencia de la aparición del fenómeno de la aspiración y su intensidad varía de acuerdo a las distintas zonas geográficas donde la variedad rioplatense es hablada, siendo más común y marcado en pequeñas localidades y áreas rurales, y menos común en las grandes urbes de la región (Buenos Aires y Montevideo).

Del mismo modo, otras fricativas y la consonante vibrante alveolar /ɾ/ pueden elidirse o aspirarse también en final de palabra, acentuando el ritmo de alternancias entre consonantes y vocales.

 

 


Textos de Apoyo I/ Vida de Gabriela Mistral


Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga1​ (Vicuña, 7 de abril de 1889-Nueva York, 10 de enero de 1957) fue una poetisa, diplomática, profesora y pedagoga chilena. Por su trabajo poético, recibió el premio Nobel de Literatura en 1945. Fue la primera mujer iberoamericana​ y la segunda persona latinoamericanan ​ en recibir un premio Nobel.

 Nacida en una familia de recursos modestos, Mistral se desempeñó como profesora en diversas escuelas y se convirtió en una importante pensadora respecto al rol de la educación pública, llegó a participar en la reforma del sistema educacional mexicano.​ A partir de la década de 1920, Mistral tuvo una vida itinerante al desempeñarse como cónsul y representante en organismos internacionales en América y Europa.

 Como poetisa, es una de las figuras más relevantes de la literatura chilena y latinoamericana. Entre sus obras destacan Desolación, Tala y Lagar.​

 Hija de Juan Jerónimo Godoy Villanueva, profesor y poeta de ascendencia española, natural de San Félix,​ y de Petronila Alcayaga Rojas, también de ascendencia española.​ Sus abuelos paternos, oriundos de la actual región de Antofagasta, fueron Gregorio Godoy e Isabel Villanueva; y los maternos, Francisco Alcayaga Barraza y Lucía Rojas Miranda, descendientes de familias propietarias de tierras del valle de Elqui. Por el lado de su madre, Gabriela Mistral tuvo una media hermana mayor, Emelina Molina Alcayaga, hija de Rosendo Molina Rojas, quien fue su primera maestra. Por el de su padre, habría tenido otro hermanastro, llamado Carlos Miguel Godoy Vallejos.

 Aunque su padre abandonó el hogar cuando ella tenía unos tres años, Gabriela Mistral lo quiso y siempre lo defendió. Cuenta que «revolviendo papeles», encontró unos versos «muy bonitos». «Esos versos de mi padre, los primeros que leí, despertaron mi pasión poética», escribió.​

sexta-feira, 26 de novembro de 2021

Curso de Idioma Español?Nível avanzado/Aula 2.2

Meses del Año

Números, dioses y hasta festividades son responsables de dar nombre a los diferentes meses del año en el calendario gregoriano (Utilizado en el calendário ESpañol), utilizado en casi todo el mundo y proveniente del romano.

Enero: Fue el primer mes añadido. Proviene del latín ianuarius, acogiendo el nombre de Jano, el dios de las puertas y entradas. En español derivó en janeiro, janero y, finalmente, enero.

Febrero: Segundo mes añadido por Pompilio. Su nombre proviene de la fiesta romana de la purificación, denominada Februa, celebrada por los sabios cada año y en la que se aplacaban las almas de los muertos con diversas ofrendas.

Marzo: Su nombre deriva del que tenía el primer mes en el calendario romano, martivs, que a su vez hace honor a Marte, dios de la guerra, coincidiendo con la época en que iniciaban las campañas bélicas.

Abril: Aunque aún no hay claridad sobre su origen, parece estar íntimamente relacionado con la palabra “abrir” y la llegada de la primavera, época en la que florecen (abren) las plantas.

Mayo: Se cree que debe su nombre a Maia o Maya, diosa de la fertilidad, la salud y la castidad, para quien se celebraba un festival en su honor durante este mes.

Junio: Pudo tener su origen en la diosa Juno, la reina de los dioses, que representaba la maternidad en la mitología romana, pero también se dice que hace honor a uno de los fundadores de la República romana, de nombre Lucio Junio Bruto.

Julio: Mes en el que nació Julio César, el gran emperador romano y del cual recibe su denominación, dejando de lado su nombre inicial, quinctilis.

Agosto: Otro mes que debe su nombre a un emperador romano, esta vez Augusto Octavio, quien cambió el nombre original, sextilis, seguramente celoso por el mes anterior que se había adjudicado a Julio César.

Los nombres de los últimos cuatro meses del año, septiembre, octubre, noviembre y diciembre, están inspirados en números, dado que eran respectivamente el séptimo, octavo, noveno y décimo meses en el calendario romano.

Curso de Idioma Español/Nível avanzado /Aula 2.1


 

Días de la Semana

Se conoce como semana (del latín tardío septimaña)​ al ciclo compuesto por siete jornadas seguidas; es decir al período de 7 días naturales con carácter de consecutivos, que es adoptada por la mayoría de los países del mundo, comienza el lunes y finaliza el domingo.

Igual que la división del día en 24 horas, el ciclo de siete días proviene de la astronomía babilónica. Luna,Marte,Mercurio,Jupiter y Venus

 En español los nombres derivan de este ciclo, excepto el 6º y 7º que lo hacen de la tradición cristiana, lo que resulta en los actuales nombres de los días de la semana: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo.

No obstante en muchas regiones estas referencias están total o parcialmente ausentes y los días de la semana están numerados. Hay países que consideran el domingo el primer día de la semana, de acuerdo con la semana litúrgica Cristiana (Brasil),​ o que la hacen comenzar en sábado, en algunos países musulmanes.

La semana es el período de tiempo estándar utilizado para los ciclos de días de trabajo y de descanso en la mayoría de las partes del mundo.

Mientras que los idiomas mediterráneos orientales reflejan la numeración de los días de la semana, los idiomas de Europa Occidental (excepto el portugués) reflejan los nombres de los astros móviles del firmamento: Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno, Sol. Estos siete cuerpos celestes dieron sus nombres a los días de la semana: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes. 

En español, sábado procede de la palabra hebrea shabbat (día de descanso), y domingo de la palabra latina domínica (día del Señor). 


LUNES-LUNA

MARTES-MARTE

MIERCOLES-MERCURIO

JUEVES-JUPITER

VIERNES-VENUS

SÁBADO-SHABAT

DOMINGO-DOMINICA


Curso intensivo de Idioma Español/Nível avanzado/Aula 1.1



Te gusta el Idioma Español? Entonces debes tener en cuenta que lo primero que hay que aprender sobre él es su alfabeto, pues a partir de su aprendizaje conseguirás formar palabras, frases y también aprender la pronunciación correcta de este antiguo Idioma.

El alfabeto español está formado, actualmente, por 27 letras, pero hasta 2009 estaba formado por 29 letras. El cambio en el número de letras vino con la reforma ortográfica realizada por la RAE (Real Academia Española) en 2010. 

Desde entonces no forman parte del alfabeto las letras “ch” y “ll”.

EL ALFABETO DEL IDIOMA ESPAÑOL

A-a /a

B-b /be BA-BE-BI-BO-BU

C-c /ce CA-CE-CI-CO-CU /// CHA-CHE-CHI-CHO-CHU

D-d /de DA-DE-DI-DO-DU

E-e /e

F-f /efe FA-FE-FI-FO-FU

G-g /ge GA-GE-GI-GO-GU

H-h /ache

I-i /i

J-j /jota JÁ-JE-JI-JO-JU

K-k /ka KA-KE-KI-KO-KU

L-l /ele LA-LE-LI-LO-LU ///LLA-LLE-LLI-LLO-LLU

M-m /eme MA-ME-MI-MO-MU

N-n /ene NA-NE-NI-NO-NU

Ñ-ñ /eñe ÑA-ÑE-ÑI-ÑO-ÑU

O-o /o

P-p /pe PA-PE-PI-PO-PU

Q-q /que QUE-QUI

R-r /ere RA-RE-RI-RO-RU ///RRA-RRE-RRI-RRO-RRU

S-s /esse SA-SE-SI-SO-SU

T-t /te TA-TE-TI-TO-TU

U-u /u

V-v /ve VA-VE-VI-VO-VU

W-w /doble ve

X-x /equis

Y-y /i griega YA-YE-YI-YO-YU

Z-z/ zeta ZA-ZE-ZI-ZO-ZU


Curso intensivo de Idioma Español/Nível avanzado/Aula 1.2

Historia de Idioma Español

La historia del idioma español se remonta usualmente al período prerromano puesto que es posible que las lenguas prerromanas de la península ibérica ejercieran influencia en el latín hispánico que conferiría a las lenguas romances peninsulares varias de sus características. La historia del idioma español se suele dividir convencionalmente en tres periodos: español medieval, español medio y español moderno.

El español es una lengua romance, derivada del latín vulgar, que pertenece a la subfamilia itálica dentro del conjunto indoeuropeo. Es la principal lengua en España y 19 países americanos, y es oficial también en Guinea Ecuatorial y en el territorio disputado del Sáhara Occidental. Es también llamada castellano por tener su origen en el reino medieval de Castilla.

Los textos más antiguos que se conocen en una variedad romance relacionable con el español actual son los Cartularios de Valpuesta,10​ conservados en la iglesia de Santa María de Valpuesta (Burgos),11​ un conjunto de textos que constituyen copias de documentos, algunos escritos en fechas tan tempranas como el siglo IX (en torno al año 804) y que cuentan con el aval de la Real Academia Española.12​13​

La historiografía tradicional consideraba como los textos más antiguos que se conocen en castellano a las Glosas Emilianenses, datadas de finales del siglo X o con más probabilidad a principios del siglo XI, que se conservan en el Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja), localidad considerada centro medieval de cultura. Sin embargo, las dudas que suelen surgir acerca del romance específico empleado en las Glosas hacen que las corrientes lingüísticas actuales consideren que no están escritas en castellano medieval, sino en un protorromance riojano, o navarroaragonés o castellano-riojano, según el filólogo César Hernández. Es decir, un «embrión o ingrediente básico del complejo dialectal que conformará el castellano», en palabras del investigador riojano Claudio García Turza. Junto a características específicamente riojanas, se encuentran rasgos presentes en las diversas variedades dialectales hispanas: navarro, aragonés, asturleonés y mozárabe. Todo ello induce a pensar, como lo hicieron Menéndez Pidal (1950), Lapesa (1981), Alarcos (1982) y Alvar (1976, 1989) que, en realidad, se trata de un koiné lingüístico en el que se mezclan rasgos pertenecientes al castellano, riojano, aragonés, con algunos del navarro.


Sinónimos en el Idioma Español

  Los sinónimos son dos o más palabras que se escriben diferente pero expresan lo mismo o casi lo mismo. Por ejemplo: elevar/subir, veloz/rá...